lunes, 14 de marzo de 2011

Un lastre difícil de llevar.

Poco a poco, año tras año, la Iglesia observa como se van vaciando los bancos del fondo de las iglesias cada domingo. ¿Cual es la verdadera causa? La Iglesia apunta a las nuevas posiciones políticas como las causantes de su problema, pero la realidad es bien distinta.

La fe y Dios han pasado a un segundo plano, ahora los verdaderos intereses de la Iglesia parecen ser el poder, el dinero y el sexo. Son la institución religiosa que más dinero recibe del Gobierno. Ingresos que los ciudadanos no sabemos dónde están invertidos, su transparencia brilla por su ausencia. A esto habría que añadirle todo el despilfarro de capital destinado a que el Papa pasee por las calles de nuestras capitales bien protegido en su blanco, puro e impune carrito. También tenemos que soportar que se entrometan en política y asuntos que, se supone, son ajenos a ellos. Durante este último año nos hemos cansado de oírles argumentar en contra de la Ley de la Memoria Histórica mientras hacen memoria de los caídos de un bando en concreto. Rechazan la Ley de la Regulación del Aborto, argumentando que "ya han muerto miles de niños antes de nacer". Robando así, parte de su autonomía a la mujer, algo equiparable a la supresión del sufragio femenino y la libre expresión femenina. Además siguen rechazando los matrimonios homosexuales, algo que fue aprobado por el Parlamento democráticamente. No olvidar tampoco el sutil intento de manipulación de votos de Rouco Varela en las últimas elecciones, el cual tenía mucha afinidad derechista. En cuanto al sexo; la Iglesia se convierte en el mayor órgano represor que tiene el hombre. Hasta el acto erótico o sexual más inofensivo son ofensivos para los ojos de Dios. También tienen especial interés en con quién y cómo debemos disfrutar de la vida y el sexo. Incluso se convierte en un obstáculo a la hora de combatir el SIDA. Castigan y amenazan a todo aquel que utiliza el condón como método anticonceptivo y sólo en Bélgica la Iglesia tiene más de dos mil denuncias por abusos sexuales, muchos de esos abusos son a menores.

Viendo todo esto, ¿A vuestro juicio, quién parece el verdadero culpable de la decadencia de la Iglesia, el Gobierno o ella misma?

Esto es el resultado de una conversación con J. Heredia Robles, el cual, me ayudó a ver muchos de estos aspectos. Gracias.

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